Sólo faltaba la firma y sellar el acuerdo para la llegada de Matías Rossi a Chevrolet. El sueño de contar con el campeón de la categoría que el equipo Pro Racing comenzó a tener hace 15 días estuvo a punto de cristalizarse, pero al final no pudo ser.
Las negociaciones, que ya estaban comenzadas, avanzaron muchísimo ayer en el transcurso del día en Potrero de los Funes, y tras largas reuniones el piloto de Del Viso tenía acordado “de palabra” su ingreso al equipo del “moño”. En términos porcentuales, fuentes confiables hablaban al atardecer de un 90 % de posibilidades de concreción.
La oferta económica, y la prestación que últimamente viene mostrando el Cruze en manos de Agustín Canapino, que dejará ese auto este fin de semana, sirvieron para tentar a Rossi a quien, por otra parte, se le terminaba el contrato con Toyota.
Además, la llegada al hincha de Chevrolet que tiene a través del Turismo Carretera, podía potenciarse con lo que hubiese sido el pase del año en el automovilismo argentino.
Sin embargo, el día no había terminado aún en este hermoso lugar cuando otra reunión, ahora con los directivos del equipo Toyota, que se extendió hasta altas horas de la noche, sirvió para revertir lo que parecía cosa juzgada: su alejamiento de esa escuadra y su llegada a las huestes del “moño”
Rossi llamó este sábado temprano a la gente de Pro Racing para anunciarles que definitivamente seguiría en Toyota, la escudería que le permitió consagrarse este año, y así nada cambiará.
Todo será como era entonces, pero por algunas horas Rossi estuvo muy cerca de ser piloto de Chevrolet en 2014.
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